Hola y bienvenidos a nuevo tutorial de supervivencia para freelance. Una forma acelerada de envejecer, pero que gracias a los consejos del blog de Llum Coworking podrás hacerlo con más alegría.
En el capítulo de hoy abordaremos una de las problemáticas más habituales en el mundo del autónomo, que no es otra que la gestión del tiempo. Cuando el pago de la hipoteca depende solo de ti, cada minuto cuenta y, en muchas ocasiones lidiar con clientes, proveedores, proyectos y mantener a raya los descansos es todo un desafío. Pero no te preocupes, para eso estoy yo aquí, para ayudarte. Con algunas normas básicas, verás cómo sales de ese pozo de caos. Fácil, sencillo y para toda la familia.
Olvídate de trabajar en casa: no puedes trabajar y poner la lavadora
Que la pandemia nos ha traído cosas muy malas no se puede cuestionar, pero hay algunas que pasan desapercibidas. Una de ellas es el teletrabajo, una cuestión harto conocida para los freelances, que llevan en esa tesitura desde hace siglos. Ya en la Edad Media, los artesanos que trabajaban en sus casas asumían muchos riesgos, como visitas de enanos con anillos o locas con dragones. Pero hoy en día, el problema de trabajar en casa es el llamado “efecto fin de semana”, en el que la tentación por combinar el trabajo con otras actividades es recurrente. Recoger el lavavajillas, tender la ropa, echarme un poquito en el sofá, salir un momento a hacer la compra…
¿El resultado? Pérdida de rendimiento, desconcentración y desorden. Por no hablar de aquellos valientes que además de ser autónomos tengan hijos. La solución pasa por buscar otro lugar de trabajo y ¿qué mejor sitio que un coworking? ¿Y de entre todos ellos, qué mejor lugar que Llum? Notarás de inmediato el resultado.
Prioriza tus tareas, be wáter my friend
Adaptación, adaptación y adaptación. El freelance común, condenado en muchos casos a la multitarea, tiene que ser capaz de diferenciar lo urgente de lo que puede esperar. “Divide y vencerás” que decía Julio César.
Para ello te recomendamos que utilices alguna aplicación o programa de organización laboral, como por ejemplo Trello. Define listas de tareas diarias y cúmplelas a rajatabla. Cuanto más concretas, más fácil te será llevarlas a cabo. Por ejemplo, si eres un cuidador de caballos en el París del siglo XV, no definas la tarea como “cuidar al caballo del rey”; marca objetivos directos como “cepillar el pelo”, “ponerle las cinchas y las bridas” o “fingir una caída dramática para salir en una película de Antena Tres”. De esta forma podrás, por un lado, marcar los tiempos y por otro, eliminar la ansiedad por la consecución de objetivos a largo plazo.
Ah y también me gustaría contarte un secreto: los clientes no necesitan que pares el mundo para atender el teléfono. Tenemos la tendencia de dejar todo lo que estamos haciendo cada vez que nos llaman, nos llega un email o nos envían un WhatsApp. Es automático, ya podemos estar liberando Bagdad, que si nos llaman, contestamos. Pues no, eso solo acaba con nuestro orden y altera la lista de tareas. Define un momento de tu jornada laboral para atender estas cuestiones y no permites que alteren tu ritmo.
Descansa, la potencia sin control no sirve de nada
Y el último llumconsejo hace referencia a los descansos, algo que por desgracia no está de moda. Sin embargo, es tan necesario como facturar, actualizar nuestras redes o invertir en publicidad. Sin descanso no hay paraíso. Te invito a que utilices la técnica Pommodoro y me cuentes la experiencia.
¿No la conoces? Seguro que sí, pero yo te la recuerdo. Se trata de dividir la jornada laboral en bloques de no más de cuarenta minutos, con pausas de unos cinco entre ellos y, con un descanso grande en el medio. Hay muchas aplicaciones que nos marcan el paso.
Está basada en la conocida curva del estrés, fundamental para no caer en la terrible ansiedad. El estrés es como una escalera por la que podemos subir y bajar hasta que alcanzamos un determinado nivel. En ese momento, los peldaños que dejamos a nuestra espalda caen y no podemos regresar, a menos que cerremos el chiringuito y nos vayamos a correr un rato. La clave es no alcanzar esa fase de no retorno. De ahí la importancia de las pausas.
Estos son solo algunos consejos que han funcionado en mi experiencia personal, pero tú marcas el camino. Planifica, prueba, mide y actúa. Desde Llum Coworking estaremos encantados de ver tus evoluciones.