¿Para qué vale un café?

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Si estás pensando que te vamos a enseñar las diferencias entre el café torrefacto, el natural y el del Starbucks, te has equivocado de blog (bueno, si pagas tres euros por un café no te mereces el carné de freelance, pero ese es otro debate). Hoy en el blog de Llum Coworking vamos a tratar uno de los temas a los que menos importancia se da, y, que, sin embargo, está demostrado que es el ámbito del emprendimiento que más ayuda a crecer. Hablamos, por supuesto del networking.

La importancia de la comunidad emprendedora

Aunque te encante vivir en una cueva, junto con tu cuenta de Netflix, un gato y un portátil, la realidad es, que como decían en Expediente X, la verdad está ahí fuera. Si quieres que tu negocio prospere, no te va a quedar más remedio que integrarte en la sociedad empresarial.

Esto contrasta con una terrible idea que se ha asentado en la infinita lista de tópicos sobre el emprendimiento. Ese sueño de crear un proyecto, sea cual sea, invertir en marketing y esperar a que el dinero llegue al banco, es poco más que una quimera. No hay ninguna empresa en todo el planeta que dependa de una sola persona, ni siquiera el artesano más humilde del lugar más recóndito que te imagines. Cualquier empresario que se precie tiene que estar en contacto constante con su entorno, bien sea para atender a los clientes o proveedores, aumentar sus conocimientos o estar al corriente de los nuevos avances técnicos, entre otras muchas razones.

El poder de un cremaet

Valencia es la tierra de las flores, de la luz y de …exacto, de los almuerzos. Y dirás, ¿y a mí, señorita Llum, qué narices me importan los chivitos? Pues muy fácil, tienes delante de ti un abanico infinito de ideas, opiniones, y posibles clientes, aunque no te des cuenta. Todos los compañeros emprendedores que tienes a tu alrededor tienen, como tú, las mismas necesidades de conocer, compartir y crecer.

Y sí, todo empieza con un café, o, vaya, un esmorzaet de categoría. Los grandes empresarios saben que se cierran más negocios en ambientes distendidos, que en reuniones pomposas. Nunca sabes dónde está la solución, ni el socio perfecto, pero cuando la mente se relaja, la creatividad aparece. Quedarte sentado esperando a que las soluciones broten de la nada, suele acabar con sillas desgastadas y espaldas doloridas. De modo que cada mañana tómate un respiro, y dedica unos minutos a conocer a esa gente extraña que trabaja a tu alrededor en Llum Coworking. La mayoría no muerden.

Desconectar, la fuente de la productividad

Más no siempre es mejor, por mucho que nos empeñemos. Vivimos en una sociedad donde tenemos grabado a fuego que tener un coche más rápido, una casa más grande, veinte títulos universitarios y cincuenta mil seguidores en Instagram es el camino a seguir. Pero como ya sabrás, después obtener el uno vamos a por el dos, y después del dos queremos el tres y así de manera sucesiva. Si nos centramos en el objetivo y no en el recorrido, no solo nos perderemos, sino que el tránsito será un auténtico infierno. Acabaremos agotados y con la necesidad absoluta de tirarnos en el sofá de casa cuanto antes. Por tanto, la pausa es vital para tomar perspectiva y seguir hacia delante sin bajar el rendimiento.

No hablamos solo del mundo laboral, esto sucede en cualquier otro lado de la vida, como por ejemplo en el deporte. Los deportistas de élite incluyen pausas en sus entrenamientos para obtener mejores resultados, porque de lo contrario llegan las lesiones y bloqueos físicos a largo plazo.

Si te cuesta descansar en el trabajo, existen multitud de aplicaciones y programas que pueden ayudarnos a llevar a rajatabla las paradas, basadas en la archiconocida técnica del Pomodoro. Es decir, trabajar en fragmentos de media hora, realizando intervalos de pausas cortas y uno grande a mitad de la jornada. De esta manera, controlaremos la curva del estrés y evitaremos el punto de no retorno.

La curva del estrés

Si estás familiarizad@ con el mundo de la psicología, seguro que conoces este término. Podemos imaginar esta dolencia como un globo, por el que va entrando el líquido del estrés.

Mientras que seamos capaces de que este no sea mayor de lo que puede aguantar, el globo no estallará. Hasta ese punto, podremos tomar acciones para vaciarlo, aunque sea de manera leve, para evitar el desastre. Pero en el momento en el que el estrés lo invada todo y nuestro globo explote, lo mejor que puedes hacer es apagar la pantalla del portátil, irte a descansar y esperar a que con unas horas de sueño te despiertes con aires renovados. Nada podrás hacer para seguir trabajando con el contador a cero ese día.

Por tanto, sí, los cafés son maravillosos. Son un arma increíble tanto para afianzar relaciones profesionales como para mantener a raya la ansiedad. De modo que ahora que has terminado de leer este artículo, levántate, suelta lastre e invita a alguien del coworking a desconectar unos minutos. Es un win to win y nuestra cafetera es estupenda.

AUTORA

Ariadna Santana
Ariadna Santana

Mi nombre es Ariadna, aunque casi todo el mundo me llama Ari. Soy Canaria, diseñadora web y fundadora de Llum Coworking

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