¿Qué es el síndrome de la caverna?
En términos psicológicos, el síndrome de la caverna es un tipo de afección mental que se empezó a gestar durante la pandemia. A grandes rasgos, era el miedo a regresar a la vida tal y como la conocíamos antes del COVID-19, por temor a posibles contagios.
Pero esto ha ido mucho más allá, porque en un tiempo donde la soledad, la falta de responsabilidad emocional o el estrés están a la orden del día, quedarnos en casa siempre parece una tabla de salvación para huir de la realidad.
Y ahí está la clave del tema. Lejos de ayudarnos, el hecho de trabajar en casa, descansar en casa, ver Netflix en casa, hacer deporte en casa y leer este blog desde casa, no hacen vivir en una burbuja que nos hunde poco a poco.
Algo que se incrementa todavía más si trabajamos por cuenta propia o si nos vemos obligados a hacerlo de forma telemática.
Hay un dicho que afirma que “incluso en los pozos más profundos, aún se puede excavar un poco más” y quizá, la peor forma de superar esos problemas sea encerrarnos, porque a buen seguro todo se pondrá más feo.
¡Adiós aislamiento! ¡Hola coworking!
Un coworking como Llum tiene muchas ventajas, pero quizá la más grande es tener la posibilidad de disponer de un espacio de trabajo fuera de casa, rodeado de otras personas, pero con la independencia que necesitas para acometer tus tareas.
Aquí el mensaje es clave: da el paso y sal de la caverna. Está claro que cuesta cambiar de vida cuando nos hemos acomodado a una serie de rutinas y más aún cuando estas están protegiéndonos de miedos.
El hecho de disponer de un lugar al que ir, puede ayudarnos a generar esa obligación que nos permita despegar.
Pero no solo la compañía o salir de casa, sino de la posibilidad de realizar networking, captar nuevas ideas, obtener nuevas motivaciones y quien saber si incluso hacer negocios.
Trabajar en casa: 5 de cada 10 personas tienen estrés
Aunque de manera inicial parecía que el teletrabajo era una maravilla enviada por los astros a la Tierra para llenarnos de gozo y de alegría, nada más lejos.
Aislarse no suele ser bueno salvo que seas un monje budista y decidas irte al Tibet. Lo que a priori puede parecer un refugio ante el mundo, suele convertirse en trampa, pues las pausas, los ritmos y la autoexigencia acaban redoblándose y por ende, el estrés.
Por eso es vital salir del espacio en el que vivimos para trabajar. Quizá no todos los días, quizá no toda la jornada, pero está demostrado que necesitamos aire fresco para afrontar el trabajo de una manera sana.
De modo que ya sabes, te invito a que te des un paseo por Llum y encuentres un lugar donde poder salir de la caverna en Valencia. Tenemos soluciones de todos los tipos, tanto si quieres venir días u horas sueltas, como si prefieres tener un despacho o una mesa para ti.
No dudes en ponerte en contacto conmigo y te echaré un cable en lo que necesites.
